A los 12 años ya jugaba minibaloncesto y cinco años después, en la primera división estableció record de anotación para una temporada con 787 puntos y en un partido, con 45 puntos.
De pequeña estatura, pero con unas habilidades extraordinarias, pronto se convirtió en un artífice de los tiros libres, departamento que lideró en el Campeonato Centroamericano, Tegucigalpa-Honduras, con promedio de 50-43 y al año siguiente, en Guatemala, marco 47 en 50 intentos.
En los XIX Juegos Olímpicos en México '68 se erigió mejor anotador con 217 puntos en 8 partidos. En ese entonces el defensa nacido el 15 de junio de 1948 en el barrio El Chorrillo, se hallaba en el esplendor de una carrera fructífera desde todo punto de vista.